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logra cautivar con su personalidad y ejemplos de noble magisterio el alma, el corazón y la mente de los educandos
Solo un(a) verdadero(a) maestro(a) ...
construye con su aporte humano, creador y pedagógico cada día a configurar una mejor país, definiendo un sendero de moral y de luces en el estudiante en su encuentro con el porvenir.
Solo un(a) verdadero(a) maestro(a) ...
da su completa contribución para desarrollar el potencial humano, social y científico de sus estudiantes, fortaleciendo sus esperanzas, sus motivaciones y la identificación de cada uno de ello consigo mismo y con su cultura, creando puentes de entendimiento y expresión de afectos con sus congéneres, donde hasta ese momento solo habían abismos.
Solo un(a) verdadero(a) maestro(a) ...
enciende un sol donde hay oscuridad de los que ignoran el saber y
el valor del pasado en el presente y del presente transformador en su proyección con el futuro.
Solo un(a) verdadero(a) maestro(a) ...
sabe sembrar con paciencia, regar con cariño, cuidar con tesón y cosechar la abundancia de lo sembrado con noble sabiduría y amor.
Autor: William Manzanilla, Orientador
